Durante muchos siglos, la costa ampurdanesa sufrió los ataques de la piratería, por lo que la población se concentraba sobre todo en el interior, en núcleos amurallados o bien en masías fortificadas con torres de defensa. A partir del s. XII, el peligro empezó a desaparecer y los barrios marítimos se empezaron a consolidar. Actualmente, estos barrios marítimos han quedado transformados por el desarrollo del turismo, convirtiéndose en importantes núcleos turísticos. El itinerario nos llevará, pues, de la costa hacia el interior, con lo que conseguiremos contrastes paisajísticos entre la tierra y el mar.
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